Antes que nada, quiero dar gracias. Primero a Dios por todo lo que nos permite “ser” y “hacer” todos los días. A mi hermana por su apoyo incondicional en las actividades que emprendemos; y un agradecimiento muy especial en estos tiempos, a nuestros Aliados y Colaboradores, quiénes nos motivan y animan a realizar los cambios y transformaciones necesarios para enfocar y mejorar cada día este bonito proyecto educativo.
En esta primera parte del Post, queremos resaltar la importancia de “hacer equipo”. En efecto, cuando queremos lograr un impacto positivo en lo que hacemos y una mayor proyección en los resultados, lo más acertado es: «formar equipo» y trabajar juntos.
No es casualidad que, desde hace 23 años, todos los años se celebre el Congreso Nacional de la Empresa Familiar. Este año, organizado por el Instituto de la Empresa Familiar junto con la colaboración de KPMG y el Banco Santander, que tuvo lugar el 26 y 27 de octubre con la consigna: La fuerza de la recuperación, al ser un año tan especial por las condiciones sanitarias y económicas que estamos viviendo a nivel mundial con la pandemia del Covid-19.
Y es que, una familia, es también un equipo, no sólo en el seno de la vida familiar sino también cuando sus miembros deciden trabajar juntos y compartir un proyecto empresarial.
La importancia de cada miembro del equipo que se identifica con la misión, visión y valores de la empresa o marca, crea una sinergia y cohesión de equipo, que es capaz de transformar: los bloqueos en puentes que unen, las dificultades en oportunidades y los sueños en realidades.
Te invitamos a revisar la segunda parte de este Post, en la próxima entrega.
Autor: Canarias Aprende
Coordinación General